Revista Virtual de Arte y Literatura ARLEQUIN 3

viernes

ART & POESIA (Gustavo Amadori)

ART & POESIA



BAJO LA NIEBLA

1.
Pendiente de tus caricias
sollozando casi tu ausencia
el tibio perro de las horas
alcanza al fin el sueño.

No morderá hoy el talón de la noche
y podrá esta correr por la almohada turbia
dejando en tu barbilla
un suave rastro de nieve blanca.

Hace fríopero el hechizo es químico.
Duerman
vos y el perro
yo seré el espejo oscuro
que vigila…

2.
El aliento esponjoso de la sombra
puebla de matices edulcorados la vigilia
y las rosasfosforecen en sus jarrones esta noche.
Detrás de las paredes
en esa dimensión que jamás se alcanza
se percibe el reptar de otras miradas
y la delgada hazaña de una uña
dejando una marca entre dos momentos.

Es ese el dolorque no registro
por ajeno y porque no existe
al no ser mío.

3.
Hoy podría decirte que te quiero
o que no te quiero
porque el día nació indiferente
e indiferente va muriendo
entre el tiritar de ventanas afiebradas
y una calle tan vacía en el tumulto
por
que
nada tan hueco como la voz cuando se suma
en un grito de multituden su salto contra
puesto
en el venir y no venir de cien gargantas murmurantes
acompañadas por oídos que no escuchan.
Y yo no escucho
tampoco hablo
solo describo
con diez dedos helados e insensibles
este tibio desinterés por lo que somos…
será que el amor eternotambién reposa.

4.
Observo el alba.
Jamás la luz me pareció tanto desorden.
Quizás
el día está naciendo como debe.
Poblado de la necesidad
más necesaria
y guardando en su vientre
lo indeseado.
La verdad es que el sol va saliendo a tropezones
y no sé donde han ido a parar todas las sombras…

5.
Detrás del vaho como una silueta desvaída
el recuerdo de vostu rostro lánguido
ese ir y no ir de tu mirada y tu boca que se dibuja con labios claros
tan claros
que la nieve sería como tu beso
y el hielo imitaría
tal vez
a tu palabra.

Me decís que no y que si y que cualquiera
pero mira…
sé que te tiemblan las manos
y que tu barbillas
e pliega en un gesto que no te agrada
te avejenta la sal de la lágrima
te avejenta la investidura sagrada del afecto
te avejenta saber que aún cuando no ames
necesitas ser amada
porque eso te asegura quizá un recuerdo.

Y que triste que está la almohada en que reposas
y que húmeda
y como dibuja el vaho figuras blancas sin contornos
como sombras imposibles que atraviesan todo
sueños
manos
mientras el muro crece para gestarte un mundo aislado.
Te prometo ahora
amarte lo necesario
como para asegurarte ese ínfimo pedacito de recuerdo
que deseas…

Gustavo A.


 
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